Las persianas con el tiempo y el uso pueden llegar a estropearse como cualquier otro elemento que tengamos en casa, como también podemos sufrir algunos accidentes ajenos a nosotros que hagan que no solo se estropeen, sino que se rompan. Para que puedas mantener tus persianas como el primer día y repararlas por ti mismo, te hemos elaborado algunas maneras de solucionar los problemas más comunes que pueden ocurrir.
Antes de empezar a solucionar el problema que tienes con tus persianas, tienes que planificarte y analizar lo que ha ocurrido, puesto que, en algunos casos, no vas a necesitar ni un minuto en solucionarlo, sin necesidad de que tengas que abrir el cajón de la persiana o hacer tareas complicadas. A veces una persiana no baja o sube porque se ha quedado atascada y tan solo tienes que tirar un poco de ella para bajarla, o la cinta está algo doblada y con ponerla al derecho vuelve a funcionar. También tienes que tener en cuenta que arreglar una persiana con mal tiempo o con viento no es una de las acciones más sensatas, por lo que te recomendamos que actúes siempre con precaución y con la máxima seguridad.
Uno de los casos más habituales sucede cuando estamos tirando de la cinta y nos damos cuenta que la persiana se queda en un mismo sitio, ni sube ni baja. Esto puede ser debido a un atasco. Lo primero que tendremos que hacer es probar a moverla con nuestras manos, alcanzándola y tirando de ella o moviéndola, ya que es posible que una lámina se haya quedado descolocada en su interior y con este gesto se coloque de nuevo en su sitio.
En el caso de que esto no lo solucione, lo que debes hacer es abrir el cajón de la persiana para comprobar si en el interior existe alguna pieza que no está bien colocada. Tal y como leemos en la sección persianas automáticas Valencia, esto puede ser uno de los motivos más habituales al subir o bajar una persiana, ya que se ha tirado demasiado fuerte o un movimiento brusco ha hecho que no queden las piezas donde deberían de estar. Al abrir el cajón tendrás que comprobar que todo está en su sitio, debiéndolo hacer siempre con precaución y con la ventana cerrada para evitar accidentes.
Las láminas de una persiana con el tiempo pueden llegar a estropearse tanto que se rompen, o incluso si hemos sido víctimas de vandalismo, pueden haber roto algunas de estas láminas, por lo que lo mejor que podemos hacer es cambiarlas nosotros mismos. No es una tarea complicada, pero bien es cierto que se debe de tener una organización previa. Si no conoces las dimensiones de la lámina, lo que nosotros te vamos a recomendar es que quites primero una que esté en buen estado para llevarla a la ferretería o tienda más cercana en la que puedan suministrarte esta pieza.
Para quitarla lo que tienes que hacer es desatornillar los seguros que suelen tener las persianas en su parte inferior y que hacen que no se metan hasta dentro cuando tiras de la cinta. Una vez hecho esto, abre el cajón de la persiana para sacar por este sitio toda la persiana, eliminando aquellas que están rotas y colocando las nuevas que están estropeadas. Una vez hecho esto, tendremos que hacer los pasos contrarios para que todo vuelva a encajar.
Otro de esos elementos que siempre están estropeándose y que tienen a envejecer más que cualquier otra parte de la persiana es la cinta. Cuando llevamos muchos años utilizándola, a veces se queda con una apariencia poco estética y queremos cambiarla por una nueva. Es una de los arreglos más complicados que se pueden hacer, pero que siguiendo paso a paso las indicaciones no habrá problemas de ningún tipo.
Lo primero que tendrás que hacer es abrir el cajetín inferior, para sacar esta pieza, ya que por norma general se suele sustituir entera, en vez de la propia cinta. Una vez que la has quitado del lugar, lo que deberás de hacer es quitar el cajón de la parte superior, y quitar toda la cinta. Deberás tirar de ella para luego, desatornillarla de la zona en la que se encuentra fija. Una vez que hayas hecho esto, podrás sacarla fácilmente del pasacintas de la pared. Reemplaza estas piezas en la ferretería, buscando el tamaño exacto de tu cinta, pues en algunas viviendas puede ser mucho más ancho mientras que en otras más delgada. Una vez que lo hayas hecho, tan solo tendrás que volver a colocarlo en su sitio y probar que todas las piezas funcionan correctamente. Si no es así, lo que te recomendamos es que repitas los pasos hasta que todo este perfecto, de esta manera sabrás en qué punto puedes que hayas fallado. Una vez que todo está funcionando correctamente, recuerda volver a colocar todo en su sitio y aprovechar, ya que has abierto el cajón, pasarle un paño para limpiar todo.