Redecorar nuestro dormitorio es terapéutico. Sé que puede parecer que no, pero lo cierto es que la limpieza y el cambio de muebles pueden aportar una bocanada de aire fresco a nuestro día a día, y es una forma de renovar el espacio en el que convivimos a diario. Al igual que cortarse el pelo, renovar nuestro dormitorio puede significar un cambio en nuestra vida, y no tiene por qué ser necesariamente un cambio superficial. Escoger otros muebles, otro estilo, despejar la habitación y quedarnos con lo importante, hacer una limpieza profunda y, en general, cambiar el aspecto del cuarto en el que pasamos más tiempo puede suponer una rotura interesante y muy ventajosa dentro de nuestra rutina, especialmente si optamos por incorporar elementos nuevos pero cotidianos, como la propia cama.
La cultura oriental ha ido cogiendo presencia en el mundo occidental, aunque es cierto que los aspectos que hemos ido adoptando de esta cultura se han occidentalizado. Sea como fuere, países como Japón han aportado muchísimos elementos a nuestra cultura, siendo que, a día de hoy, parte de su cultura forma parte intrínseca de la nuestra. Desde la cocina hasta el ocio, Japón es un país muy rico y muy enriquecedor, y entre los aspectos que hemos adoptado de su cultura encontramos también la decoración hogareña. Las camas futón se han puesto muy de moda de un tiempo a esta parte, y si estás pensando en renovar tu dormitorio es probable que hayas barajado la posibilidad de hacerte con una de ellas. Si es así, habrás encontrado una variedad importante de opciones, y no tengas muy claro por cuál decantarte. Voy a darte una serie de consejos básicos para que puedas orientarte correctamente a la hora de tomar una decisión de este tipo, pues debes tener en cuenta que una cama futón no será igual a las camas tradicionales a las que estás acostumbrado, y deberás elegir con cabeza.
Lo primero que debes saber es que las camas futón que han llegado hasta Occidente no son los futones que tienden a utilizar los japoneses. El futón original consiste en un colchón muy ligero y flexible, con un relleno acolchado y agradable que aporta comodidad, y que se coloca en el suelo sobre una suerte de alfombra. La principal ventaja de este tipo de futones es que, gracias a su flexibilidad, pueden guardarse como si fuesen mantas dentro del armario, y así conseguir más espacio en la habitación durante el día. Estos son los futones clásicos de la cultura japonesa, y, si estás pensando en hacerte con un futón original, este es el producto que estás buscando. Ahora bien, la cama futón que utilizamos en Occidente tiene otras características, y es probable que sea el modelo que hayas estado barajando.
Dentro de lo que se llama el futón occidental encontrarás varios diseños, y es aquí donde entro a aconsejarte sobre cuál puede ser el que mejor se adapte a ti. Si no quieres recurrir al modelo clásico, tradicional y portátil, la cama futón de Occidente te ofrece múltiples posibilidades. Hay, por ejemplo, algunos modelos muy versátiles que cuentan con una estructura metálica y pueden utilizarse a modo de sofá cama, como encontrarás en Haiku-Futon.com. Estos futones, gracias a su flexibilidad, pueden plantearse como un sofá o un sillón en el que sentarse durante el día, y por la noche se extiende y se convierte en una cama. Tiene una función muy similar al futón japonés, ya que puede guardarse y hacer que ocupe menos espacio, pero no acaba de ser lo mismo.
No obstante, cuando piensas en una cama futón, lo primero que te viene a la cabeza es el tipo de cama elegante que cuenta con una tarima de madera. Desde mi punto de vista, si planeas redecorar tu dormitorio, este tipo de futones son los mejores, ya que te ofrecen un somier bajo y muy práctico de madera, cuyo tamaño no abarca únicamente el futón, sino que se extiende en los laterales. Esto es especialmente práctico porque el objetivo de las camas de este tipo es que duermas a ras del suelo, pero una tarima elevada te permite no tener que estar en contacto directo con él. Dentro de estas propias camas, existen múltiples modelos, ya sean de madera, de estructura metálica, de un tamaño o de otro.
A la hora de elegir una cama de estas características, lo primero que debes pensar es en cuánto espacio de tu dormitorio quieres que ocupe. La principal ventaja de los futones tradicionales es que no ocupan espacio en absoluto, ya que durante el día se guardan en un armario, pero las camas occidentalizadas cuentan con una estructura de madera específicamente pensada para elevar el futón, y eso no te permite guardarlo. Ahora bien, si aun con todo no tienes mucho espacio y prefieres hacerte con un modelo más versátil, los futones que pueden convertirse en sofá o los clásicos japoneses son tu mejor opción. Al fin y al cabo, las ventajas que presenta este tipo de productos son muchas y variadas: no son caras, son cómodas, son seguras y son muy resistentes ya que no dependen de un somier. Hacerte con uno es una idea inteligente, cómoda y elegante que le dará una nueva vida a tu dormitorio, y no te costará nada escoger la mejor cama futón para ti, pero deberás tener en cuenta qué es lo que estás buscando.